LA RELIGION COMO IDOLATRIA
La religión,
aunque parezca paradójico, puede llegar a ser un ídolo en la medida que
absolutizamos el conjunto de mediaciones necesarias (creencias, ritos,
estructuras, leyes, comportamientos) para relacionarnos con Dios.
Tal sucede
cuando pretendemos encerrar a Dios en determinadas formulaciones intocables,
olvidando de toda formula es limitada e inadecuada para expresar el misterio
absoluto de Dios.
La religión
corre también el riesgo de convertirse, en un ídolo cuando absolutizamos las
expresiones culturales, ponemos <<La salvación>> en los ritos o
hacemos de la legislación, la organización o las diferentes estructuras
religiosas, un fin en sí mismas.
La religión
degenera también hacia la idolatría cuando se acentúa en exceso la importancia
de los jerarcas o de otras personas, promoviendo una falsa veneración y unas
relaciones vacías. determinadas formas de adhesión incondicional al papa,
determinados agrupamientos en torno a algunos obispos, ciertas dependencias de
comunidades con grupos cristianos nuestros fundadores o lideres nos hacen
pensar que no se trata de una tentación teológica si no de un riesgo real en la
iglesia.
(Crecer hoy en el dios Jesucristo, Carta pastoral de los obispos de
Pamplona y Tudela, Bilbao, San Sebastián, Vitoria)
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